miércoles, 1 de enero de 2014

Así es la RDA (IV): Política Exterior

Política exterior

La política exterior de la RDA está orientada a resguardar la paz en Europa y el mundo así como conjurar una guerra nuclear por pasos eficaces de la limitación de armamentos y el desarme. Así contribuye a crear las condiciones externas más favorables para el desarrollo progresivo de la sociedad socialista avanzada.

La RDA profundiza resueltamente la alianza fraternal con la Unión Soviética y los demás países socialistas. Mantiene relaciones de solidaridad antiimperialista con los pueblos y Estados que luchan por la independencia nacional y el progreso social.

En sus relaciones con los países capitalistas, hace uso de todas las posibilidades para impulsar el mejoramiento de la comprensión mutua y la confianza, sobre la base de los principios de la coexistencia pacífica.

Esta política exterior amante de la paz es apoyada por todo el pueblo de la RDA. Aquí, ninguna clase, ni capa social está interesada o se beneficia con el armamentismo. La identidad de intereses del pueblo con la política del Estado garantiza que la RDA nunca aspirará a la guerra, agresión, avasallamiento y saqueo de otros Estados y pueblos. Para el pueblo y el Estado no hay nada más importante que afianzar la paz.

Partidarios de la paz mundial

En su política interior y exterior, la RDA se guía por el hecho de que la salvaguardia y consolidación de la paz han devenido la cuestión vital para toda la humanidad. Para hacer más seguro al mundo, la República Democrática Alemana, actuando estrechamente aliada con la Unión Soviética y los demás países de la Comunidad socialista, pone en juego todo su poder para conjurar el peligro de un holocausto nuclear, cesar el armamentismo y por el desarme.

En esa perspectiva, la RDA apoya las amplias propuestas soviéticas del 15 de enero de 1986, cuya meta es liberar a la humanidad hasta fines del milenio de armas nucleares de exterminio masivo. Los Estados aliados se pronuncian a favor de emprender de modo complejo el problema de desarme. Abogan por corroborar la eliminación de las armas de destrucción masiva mediante una considerable reducción de las fuerzas armadas y los armamentos convencionales. Guiándose por estas reflexiones los Estados miembros del Tratado de Varsovia se dirigieron en su Llamamiento a todos los países europeos, a los Estados Unidos y Canadá presentando nuevas proposiciones que reducirían considerablemente el peligro de guerra en Europa. Los ciudadanos de la RDA consideran el Llamamiento de los Estados signatarios del Tratado de Varsovia a los Estados miembros de la OTAN y a todos los países europeos a reducir las fuerzas armadas y los armamentos convencionales en Europa, de junio de 1986, como un paso histórico para materializar el objetivo supremo de todos los pueblos, sus mayores esperanzas y aspiraciones.

La RDA es de la opinión que es necesaria la colaboración de todas las fuerzas sociales y políticas que sinceramente anhelan la paz, independientemente de su concepción del mundo, religión, raza o pertenencia a clase social. Nuestro país lo ha demostrado de las diferentes maneras y no desmayará en su empeño por impulsar una coalición de la cordura y el realismo, contra la política demencial de la guerra atómica y el superarmamentismo. La RDA se pronuncia por acabar con el armamentismo en la Tierra y evitar su expansión al espacio cósmico, por medio de medidas tales como:

- el cese completo de todos los ensayos nucleares;
- la prohibición absoluta de armas espaciales ofensivas y el cese de todos los trabajos para su producción, ensayo y emplazamiento, así como la renuncia a la SDI (la llamada Iniciativa para la Defensa Estratégica);
- reducir en un 50 por ciento las armas atómicas de la URSS y EEUU, que puedan alcanzar el territorio de la otra parte;
- la congelación de las armas nucleares ya existentes al nivel cuantitativo actual, limitando al máximo su modernización;
- la eliminación de todos los misiles de medio alcance en Europa;
- la creación de zonas libres de armas nucleares y químicas;
- la creación de una zona libre de armas nucleares de campo de batalla en Europa Central.

La RDA aboga enérgicamente por la firma de un convenio sobre la prohibición total y la eliminación de las armas químicas, incluida su variante especialmente peligrosa, las armas binarias, y además por la no proliferación de armas químicas.

Ya desde 1973, la RDA participa directamente en las negociaciones sobre la reducción mutua de las fuerzas y los armamentos convencionales en Europa Central. En Estocolmo contribuye activamente a lograr un acuerdo sobre medidas para fomentar la confianza y seguridad tanto de carácter político como militar en Europa. A este respecto asigna gran importancia a fortalecer y complementar el principio de la renuncia al empleo de la fuerza.

La RDA es muy activa en este campo luchando por terminar con la carrera armamentista y participando en las negociaciones internacionales sobre problemas del desarme.

Para llevar adelante su ofensiva de paz, la URSS, la RDA y los demás países de la comunidad socialista disponen de un programa amplio y aceptable para todos los países. Están dispuestos a limitar, reducir, liquidar de los arsenales y a destruir definitivamente todo tipo de armas, sobre la base de acuerdos con otros países, respetando el principio de la igualdad y seguridad paritaria. Esta fórmula de paz es la base de la actividad de la RDA en política exterior.

Este es también el propósito común de los cinco partidos políticos existentes en la RDA, del conjunto de organizaciones sociales y de las diferentes comunidades religiosas, así como de todos los ciudadanos. El movimiento por la paz de la RDA, de acuerdo a su carácter, es un movimiento democrático popular, que abarca a todas las clases y capas sociales de la población, a todas las generaciones, a personas de diferentes concepciones del mundo y credos religiosos.

Aliada estrechamente con la Unión Soviética y los demás Estados socialistas

La RDA está sólidamente enraizada en la comunidad de Estados socialistas por su pertenencia al Tratado de Varsovia, al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), por tratados bilaterales de amistad, cooperación y asistencia mutua. Ello fortalece la situación internacional de la RDA y es condición para la exitosa configuración de la sociedad socialista avanzada y para su defensa.
La estrecha y fraternal alianza de la RDA con la Unión Soviética y los demás Estados de la comunidad socialista está asentada en la concordancia fundamental de intereses en la solución de sus tareas nacionales e internacionales.

Fortalecer y ampliar su alianza con la Unión Soviética, es para la RDA un objetivo central y de larga data, basado en el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua firmado el 7 de octubre de 1975.

La RDA considera las resoluciones del XXVII Congreso del PCUS como un importante impulso en esta lucha por la paz, para el perfeccionamiento del socialismo y el fortalecimiento sucesivo de la unidad y coherencia de la comunidad de Estados socialistas.

La RDA tiene suscritos tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua también con la República Popular Polaca, la República Socialista Checoslovaca, la República Popular Húngara, la República Popular de Bulgaria y la República Socialista de Rumanía.

Además existen tratados de amistad y cooperación entre la RDA y la República Popular Mongola, la República Socialista de Vietnam, la República de Cuba, la República Popular de Kampuchea, la República Democrática Popular Lao y la República Popular Democrática de Corea. Asimismo con los demás países socialistas se amplían las relaciones, en base a tratados a largo plazo. Se han dado nuevos pasos tendientes a continuar desarrollando las relaciones con la República Popular de China. En entrevistas de altos representantes de ambos países, se ha reafirmado la común convicción de que salvaguardar la paz y conjurar el peligro de un infierno nuclear es el mandato supremo del momento.

Las intensas relaciones de la RDA con todos los países socialistas en los más diversos niveles partidarios y estatales, de la política y la economía, la defensa, la ciencia y técnica, la cultura y el deporte contribuyen precisamente a que los potenciales material e intelectual sigan aumentando, a que se acelere su ritmo de desarrollo y a que se logre tanto un acercamiento de las personas como de los pueblos.

Por una activa política de coexistencia pacífica

La política de coexistencia pacífica es para la RDA y los demás países de la comunidad socialista un aporte clave a la lucha por la paz, la seguridad y por conjurar el peligro de una guerra atómica mundial. Este es el único camino para alejar el creciente peligro de un infierno nuclear y asegurar una paz duradera. La política de la escalada armamentista y la confrontación arriesga todos los resultados alcanzados por la vía de la distensión, gracias a los grandes esfuerzos de los Estados y pueblos. Por ello la única política sensata es la de coexistencia pacífica, no hay otra alternativa.
Junto a los demás países de la comunidad socialista, la RDA aboga activamente por continuar implementando los principios de la coexistencia pacífica entre Estados de regímenes sociales diferentes. En su empeño de mejorar el clima internacional y forjar una coalición de la cordura y el realismo, la RDA dialoga con todas aquellas fuerzas que disponen de poder e influencia y que reúnen en sí responsabilidades políticas aportando así a la mejor comprensión mutua, la ponderabilidad y la amplia colaboración en todas las esferas. El diálogo político realizado en las más diferentes formas y niveles es parte integrante de la política exterior de la RDA.

En este sentido, el proceso iniciado por la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Helsinki, constituye un elemento de primera importancia. La RDA coadyuvó activamente a que se firmara el Acta Final de Helsinki. En ésta se acordaron los principios y recomendaciones más importantes en los cuales deben basarse la seguridad y colaboración europeas. La posición de la RDA respecto al Acta Final y al proceso de la CSCE en su conjunto, ha estado y está determinada por el interés supremo de resguardar y garantizar la paz. La RDA aboga enérgicamente por la observancia del espíritu y la letra del Acta Final y por dar nuevos impulsos a la distensión. Esta actitud corresponde plenamente a la voluntad de paz de sus ciudadanos.

Con los tratados firmados por la URSS, Polonia y Checoslovaquia con la RFA; con el Tratado sobre las Bases de las Relaciones entre la RDA y la RFA; con el Acuerdo Cuatripartito sobre Berlín Occidental, suscrito en 1971 por la URSS, los EE.UU., Gran Bretaña y Francia, y con el Acta Final de Helsinki, se han creado las bases para relaciones pacíficas y de colaboración en beneficio mutuo entre Estados de diferente orden social. La RDA se pronuncia por la observancia de los acuerdos, se opone a los intentos de desacreditarlos o burlarlos, de someterlos a presiones excesivas o de retornar a una estrategia coercitiva respecto de los países socialistas. Al igual que sus aliados, la RDA está firmemente decidida a continuar sus esfuerzos por seguir haciendo avanzar perseverante y ponderadamente el proceso multilateral iniciado en Helsinki.

La RDA está dispuesta a continuar ampliando sus relaciones con los países capitalistas. Está interesada en desarrollar las relaciones económicas y científico-técnicas, sobre la base de la ventaja mutua e igualdad de derechos. Esto se ha expresado en numerosos convenios gubernamentales y tratados con países, consorcios y empresas de Europa Occidental. La RDA se opone categóricamente a los intentos de perjudicar las relaciones económicas internacionales con embargos, boicots u otras medidas, o abusar de ellas para fines del chantaje político. En cambio, está dispuesta a desarrollar la colaboración en los campos de la protección del medio ambiente, la cultura, la educación y la salud pública, así como a propugnar la realización de los derechos humanos en todas las esferas, sobre la base del respeto a la soberanía nacional.

En las relaciones con la RFA, el afianzamiento de la paz ha sido y continuará siendo la cuestión preponderante. Teniendo presente la experiencia histórica y la ubicación geográfica de ambos Estados alemanes en el corazón de Europa, les corresponde una responsabilidad particular en la lucha por la paz, la seguridad y el desarme. La RDA, tomando en cuenta esta responsabilidad común, mantiene un amplio diálogo político con los máximos dirigentes de la RFA. Medidas de largo alcance para impedir la militarización del cosmos y terminar con la carrera armamentista en la Tierra crearían la oportunidad de cesar la acumulación de armas en suelo alemán, lo que redundaría también en mayor seguridad para ambos Estados alemanes. La RDA aboga porque de suelo alemán nunca más se desate una guerra, sino que de él emane paz; porque de las relaciones entre ambos Estados alemanes no se generen lastres para la situación en Europa, sino impulsos para la convivencia pacífica que inspiren confianza a los pueblos y Estados europeos.

La RDA se empeña en hacer prevalecer en toda su magnitud los principios de la coexistencia pacífica en sus relaciones con la RFA. Se opondrá también en lo sucesivo a todo ataque al orden posbélico en Europa. Es de gran importancia política la afirmación hecha por la RDA y la RFA en su declaración conjunta de 1985, de que la inviolabilidad de las fronteras, el respeto a la integridad territorial y la soberanía de todos los Estados europeos en sus fronteras actuales, son condiciones básicas para la paz.

La RDA está dispuesta a hacer un aporte constructivo al desarrollo de relaciones normales y de buena vecindad entre la RDA y la RFA.

En sus relaciones con Berlín (Oeste), la RDA se guía por la observancia estricta del Acuerdo Cuatripartito, en particular de su enunciado básico, según el cual Berlín (Oeste) no es parte integrante de la RFA, ni tampoco en lo sucesivo podrá ser gobernada por ella. La RDA ha promovido numerosas iniciativas tendientes a ampliar sus relaciones con Berlín (Oeste) y sigue estando invariablemente dispuesta a dialogar con el Senado de Berlín (Oeste) sobre cuestiones de interés común y a lograr soluciones mutuamente provechosas.

Cooperación amistosa y solidaria con los países de Asia, África y América Latina

La RDA se solidariza con los países de Asia, África y América Latina.

Apoya la lucha por la paz, la independencia política y económica, el progreso social, contra la política imperialista de amenazas, presiones e injerencia, contra el colonialismo, neocolonialismo y racismo.

En correspondencia con sus objetivos de política exterior, la RDA ha apoyado desde sus inicios la lucha de los pueblos por la liberación nacional y social y lo seguirá haciendo en el futuro. La RDA se guía por el postulado que la lucha mancomunada por la paz mundial y el desarme mejora las condiciones para el desarrollo de los países de Asia, África y América Latina.

En interés del afianzamiento de la paz, es más urgente que nunca eliminar focos de tensión y conflictos en todas las regiones del mundo, por medio de negociaciones que incluyan a todas las partes interesadas y que respondan a sus intereses legítimos.

La RDA continúa apoyando al pueblo de Nicaragua y las gestiones para alcanzar una solución pacífica y justa a la conflictiva situación en Centroamérica. Exige poner término a la política del apartheid en el Sur de África, acabar con el apoyo al régimen racista y otorgar la independencia nacional a Namibia.

En vista de la peligrosa situación en el Oriente Medio, la RDA aboga decididamente por la retirada completa de las tropas israelíes de todos los territorios árabes que desde 1967 ocupan, el respeto a los legítimos derechos del pueblo árabe de Palestina, incluido su derecho a la autodeterminación y fundación de un Estado propio e independiente, y por garantizar el derecho de todos los países de la región al desarrollo y una existencia independientes.

La convocatoria a una conferencia internacional sobre la paz en el Oriente Medio que se celebre bajo la égida de la ONU y con la participación de todos los interesados, incluida la Organización para la Liberación de Palestina, el único representante legítimo del pueblo palestino, sería una vía apropiada para alcanzar una paz justa y duradera en el Oriente Medio.

La RDA valora el papel crecido que desempeña el Movimiento de los Países No Alineados en el ámbito de las relaciones internacionales y colabora activamente con ellos en la lucha por la liquidación del peligro de guerra, por el desarme y la paz, por el desarrollo y la solución de los problemas económicos y financieros internacionales.

Apoya los esfuerzos del Movimiento tendientes a lograr un nuevo orden económico internacional y a arreglar las relaciones financieras y crediticias internacionales, que aseguran a los países no alineados una cooperación internacional basada en la igualdad de derechos y libre de presiones imperialistas.

La RDA mantiene muy estrechas relaciones con países de orientación socialista como Angola, Mozambique y Etiopía. Con estos países tiene suscritos tratados de amistad y cooperación, que constituyen una base sólida para relaciones mutuamente ventajosas en el terreno de la economía, el comercio, la ciencia, la cultura, la capacitación de técnicos y el envío de expertos.

También con los otros países que se empeñan en alcanzar su soberanía política y económica, la RDA mantiene provechosas relaciones de cooperación. Cerca de 400 convenios y tratados con estos países constituyen el marco para una cooperación ponderable, a largo plazo y estable en todas las esferas.

Un lugar destacado en la política exterior de la RDA lo ocupa el apoyo internacionalista, político y económico, brindado a los países socialistas, países con orientación socialista y movimientos de liberación nacional de Asia, África y América Latina. Esta ayuda comprende sobre todo el envío de artículos de primera necesidad, como víveres, medicamentos, ropa, equipos, así como material didáctico destinado a la superación del analfabetismo y la formación de técnicos. Esto es financiado con donativos provenientes de la ciudadanía, organizados en primer lugar por la Confederación de Sindicatos Libres Alemanes y por el Comité de Solidaridad.

Gestión constructiva en el seno de la ONU

La RDA ve en la ONU una importante organización internacional y universal, que se ha planteado como tarea principal mantener la paz en el mundo y fomentar la cooperación entre las naciones.

La RDA participa activa y constructivamente para fortalecer el papel de la ONU, como tribuna de la lucha por la paz, el desarme y la distensión internacional y contra el colonialismo, neocolonialismo y racismo. Se pronuncia por que se empleen los logros, las metas y los principios de la Carta de las Naciones Unidas y toda la capacidad de la Organización en aras de alejar el peligro de una hecatombe nuclear y mantener la paz en la Tierra.

La RDA ha demostrado que cumple concienzudamente con su compromiso de que de suelo alemán nunca más surja una guerra, sino que de él emanen paz y seguridad. Gracias a la acción concertada entre los países socialistas y los No Alineados fue posible adoptar en esta organización mundial una serie de resoluciones en defensa de la paz y por la eliminación de peligrosos focos de conflictos. Al respecto cabe destacar resoluciones sobre el desarme, propuestas por la RDA, tales como:

- la exigencia de no ser el primero en emplear armas atómicas;
- proposiciones para terminar con la carrera de armamentos nucleares y por el desarme nuclear, así como la condena de doctrinas nucleares agresivas;
- la exigencia de entablar negociaciones fructíferas basadas en el principio de la igualdad de derechos y seguridad paritaria;
- la exigencia de proscribir las armas químicas y crear zonas libres de ellas.

Teniendo en cuenta que la paz es indivisible, la RDA opina que, en la tirante situación internacional actual, cualquier conflicto local puede extenderse en un gran conflicto. Por ello aboga activamente, en diferentes organismos de la ONU, por proceder a arreglar por la vía pacífica las situaciones conflictivas y litigiosas entre los Estados, respetando plenamente el derecho de cada pueblo a determinar por sí mismo su propio destino. En esa perspectiva, la RDA colabora con los países de la comunidad socialista, los No Alineados y con todas las fuerzas amantes de la paz, para eliminar por la vía negociada los focos de tensión que existen en Centroamérica, en el Medio y Cercano Oriente y en el Sur de África.

Destacados representantes de la RDA sostienen un amplio intercambio de opiniones con el Secretario General y otras personalidades de la ONU y de sus organismos especializados. El Secretario General de la ONU ha elogiado la política de paz de la RDA y su gestión fecunda, que le ha ganado el respeto y reconocimiento en el seno de esta organización internacional. Ello se expresó en la elección de la RDA -por abrumadora mayoría- como miembro no permanente del Consejo de Seguridad, para el período de 1980/81.

También en lo sucesivo, la RDA pondrá en juego todo su poder para terminar con la carrera armamentista en la Tierra, evitarla en el espacio cósmico, y asegurar a la humanidad una vida feliz, en paz y libertad.

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