sábado, 9 de noviembre de 2013

EN ARAS DEL PUEBLO. Preguntas y respuestas sobre la política social de la RDA (II)


EMPLEO Y PRESTACIONES SOCIALES (II)


1. ¿Hay proyectos para reducir el horario laboral?

2. ¿La razionalización y la automatización podrán repercutir en la actividad ocupacional de la mujer?

3. ¿Las crisis de las naciones capitalistas perturban la continuidad del desarrollo económico de la RDA? ¿Incide ese factor en las prestaciones sociales?

1. ¿Hay proyectos para reducir el horario laboral?

De haberlos, los hay, sólo que su implementación dependerá de otro aumento considerable de la productividad del trabajo. Las reducciones ya verificadas a 40 o 42 horas semanales para un 40 por ciento de los trabajadores (para los demás rige la semana de 43 horas y tres cuartos) se basaron en lo sustancial en dos criterios: primero, el trabajo en dos o tres turnos y segundo, las mujeres con hijos.

La semana de 40 horas fue decretada para todas las madres que, trabajando a tiempo completo, tienen más de un hijo o un hijo minusválido. Cabe pensar en nuevos pasos por esa misma dirección, lo cual estaría relacionado con la valoración social que merece la madre trabajadora y el trabajo en turnos. En líneas generales se puede afirmar que de seguir mejorando la productividad será factible reducir el horario laboral, seguramente ateniéndose en gran parte a las distintas categorías ocupacionales.












niéndose en gran parte a las distintas categorías ocupacionales.

2. ¿La racionalización y la automatización progresivas podrían repercutir en la actividad ocupacional de la mujer?

Si la pregunta presupone que el progreso técnico pudiera desplazar a la mujer de la vida laboral, la respuesta es tajante: ¡no! La actividad laboral de la mujer configura la base socioeconómica de su emancipación y resulta imprescindible para el sitial de respeto que ocupa en el seno de la sociedad para el desarrollo integral de su personalidad. Es por eso que en la RDA desde hace tiempo está vinculado laboralmente el 90 por ciento de las mujeres en edad de trabajar. Prácticamente toda joven, que egresa de la escuela, aprende un oficio o pasa a cursar estudios superiores. Ese es y seguirá siendo un hecho perfectamente natural.

La mujer está presente en casi todos los oficios o profesiones, aunque predomina en una serie de ramos ocupacionales como en el comercio, en la medicina o la educación pública. El derecho al trabajo está estipulado en el Código Laboral y se cumple por igual para hombres y mujeres.
Pero la racionalización progresiva surte efectos positivos por el hecho de ir mejorando las condiciones laborales de la mujer, aliviándola precisamente de las faenas pesadas, monótonas o nocivas. El empleo de las nuevas tecnologías tiene por objetivo general no sólo elevar la productividad sino facilitar también el trabajo.

En todo lugar donde el progreso tecnológico modifica el proceso laboral, la mujer ha sabido responder en todo momento a las nuevas y acrecentadas exigencias, apelando a sus conocimientos (las mujeres que hoy tienen de 35 a 40 años poseen la misma escolaridad y preparación profesional que los hombres), a ciclos de perfeccionamiento, demostrando seguridad en sí mismas y valor para los cambios. Sirva de ejemplo la industria electrotécnica, donde decenas de miles de mujeres han superado brillantemente la transición de los productos convencionales a la fabricación y el manejo de módulos microelectrónicos.

3. ¿Las crisis económicas de las naciones capitalistas perturban la continuidad del desarrollo económico de la RDA? ¿Incide ese factor en las prestaciones sociales?

La RDA mantiene una gran variedad de relaciones económicas con los países capitalistas y por consiguiente no es totalmente inmune a las crisis que se producen en los mismos. Las exportaciones a dichos países se ven dificultadas, primeramente porque en ellos disminuyen las inversiones, y luego porque baja el poder adquisitivo de los trabajadores a raíz del desempleo permanente y la inflación. Además, en el curso de una crisis económica aguda, los gobiernos capitalistas tienden a redoblar sus medidas proteccionistas, hecho que perjudica, como es natural, las relaciones económicas. Dado que la RDA realiza un 35 por ciento de su movimiento comercial con el exterior (exportaciones e importaciones) con naciones del área no socialista, resultan obvios los efectos negativos de los factores mencionados. Las empresas industriales y de comercio exterior están redoblando esfuerzos con el propósito de mitigar y conjurar en lo posible los daños y perjuicios de ahí derivados. 













































































Casa de vacaciones de los sindicatos en una playa del Mar Báltico.


























Eso no obstante, la política económica de la RDA apunta en primer término a agotar hasta lo último sus propias potencialidades a fin de asegurar la estabilidad y el crecimiento ininterrumpido. La intensificación universal de la producción con el auxilio de la ciencia y las tecnologías, el manejo ahorrativo y eficaz de las materias primas, la energía y el material, sumado a la mejora incesante de la productividad hacen menos vulnerable a la economía. Y además tenemos otro importante factor de estabilidad, como son las relaciones económicas confiables y a largo plazo con los países socialistas (65 por ciento del comercio exterior).
























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