Muchos mitos falaces se han construido sobre la República Democrática de Alemania (RDA) en lo que respecta a la política. La RDA musical no fue ajena a ello. Y no digamos la deportiva, donde las cotas de hipocresía, amarillismo y exacerbación anti-RDA han sido todavía superiores. Por seguir haciendo un poco de historia con la RDA, cuando falta un año para conmemorar 25 años de la caída del Muro y dos para celebrar el golpe de Estado que concluyó con la anexión, voy a dar unas pinceladas, como corolario a la RDA (al menos, de momento), acerca del tantas veces vilipendiado deporte alemán oriental.
Es muy fácil crucificar a los deportistas de la RDA por el dopaje y entronizar a otros del Oeste que estaban en las mismas reglas de juego, que los de la RDA. En 1988 se celebraron los Juegos Olímpicos de Seúl, con la participación de la RDA en su penúltimo año como país. El caso más sonado de dopaje fue el del atleta canadiense Ben Johnson y es de suponer que ya habían empezado a mirar con microscopio electrónico de barrido el dóping….¿Por qué no hubo ningún deportista de la RDA implicado en casos de dopaje en esos Juegos? ¿Por ejemplo, la increíble nadadora Kristin Otto que ganó seis medallas de oro? ¿Tal vez porque lo hacían mejor que los otros o era porque estaban más limpios que el resto?
Los récords mundiales de la RDA (los pocos que les quedan) uno en poder de la grandísima atleta Marita Koch (mi ídolo atlética de juventud, a la que dedicaré en exclusividad la parte tercera y última de esta serie), sigue vigente desde hace nada menos que casi treinta años (400 metros lisos, Camberra, Australia, 1985), y otro, el del lanzador de disco Jurgen Schult, sigue imbatible desde 1986, récord conseguido en Neuebrandenburg, RDA. Schult, atleta que, por cierto, luego compitió con la Alemania reunificada y ganó la medalla de plata en Barcelona 92…Vaya, este no estaba “dopado” cuando se pasó al Oeste ¿o qué?. Otro plusmarquista de la RDA, Uwe Hohn, lanzó la jabalina a más de 104 m (aunque se anuló ese récord del Mundo por cambio en el centro de gravedad del dardo, para garantizar la seguridad de los espectadores) y también fue víctima de las sospechas maccarthistas de Occidente, a pesar de que negó haber tomado sustancias dopantes. Sólo por haberse retirado a los 24 años, Hohn ya tuvo el sambenito del dóping encima (Wikimierda). Mal que les pese a muchos ahí siguen esos récords de leyenda, claro está, bajo la sombra del “descrédito” occidental. Pero no han podido quitarles ni las marcas mundiales ni las medallas, aunque por intentarlo (con todo tipo de variadas jugarretas) no ha quedado.
El dopaje en la RDA ha tenido mucho de literatura basada en las sospechas (la mayor “prueba” de cargo que han esgrimido sus detractores), en la política de baja estofa de la guerra fría, en la envidia, en la atosigante basura goebbelsiana de Falsimierda de que “una mentira propagada mil veces” acaba convirtiéndose en verdad, en la compra de voluntades por la ex Alemania del Oeste y también en las denuncias (por qué no, legítimas -subrayo-) de ex deportistas de la RDA que no querían ser damnificados por el revanchismo de la Alemania reunificada y buscaban sacar tajada económica de la nueva situación, ante lo que se les venía encima…Hubiesen estado “dopados” o no.
Antes (en los años setenta y ochenta), el Este socialista, por ejemplo la URSS, arrasaba en muchas especialidades atléticas. ¿Era porque se dopaban al igual que las nadadoras y otros deportistas de la RDA? ¿O es que eran mejores que el resto?¿Del famosísimo nadador norteamericano Mark Spitz pueden afirmar que no se dopó en Munich con sus siete medallas de oro? ¿Y el velocistaPietro Mennea? ¿Y Sebastian Coe?¿Hicham el Guerrouj por ser un simpático africano marroquí no podía doparse al igual queSaid Aouita? Ah, no, es que trotaban por el desierto y la sabana africana…genética natural. ¿Y la plusmarquista mundial, en su día, de 200 mariposa, la norteamericana Mary T. Meagher o el “Albatros” alemán occidental Michael Gross?¿Y la alemana federal, ex recordwoman de salto de altura Ulrike Meyfarth o el equipo masculino alemán federal de 4×1500 metros lisos que poseía, hasta no hace muchos años, el récord del mundo?¿Y qué hay del mítico Carl Lewis o Florence Griffith? ¿Y del cuatrocentista Michael Johnson? ¿O más recientemente el nadador que lo ha ganado todo Michael Phelps?¿Por qué no hablamos de los actuales récords del mundo de natación femeninos, casi todos en poder de nadadoras occidentales, cuando hasta no hace muchos años eran las alemanas orientales las poseedoras? Es asombroso cuanto ha jugado “limpio” Occidente en el deporte…casi tanto como en política.
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